Chandon, más atinado que nunca

Ayer, con el calor insoportable que estaba haciendo en esta provincia sumado a la poca potencia del aire acondicionado de la redacción, Chandon trajo un regalo del cielo: el nuevo rosé de Latitud 33º.

Su presentación deja ver un vino irresistiblemente fresco para pasar las noches calurosas y que, luego de estar algunas horas en mi heladera, estuvo listo para ser descorchado. Fue un placer que me di en la noche agobiante de calor (no me envidien, convidé, no me lo tomé sola).

Generalmente se le tiene una desconfianza al rosado, pero es sin duda un prejuicio infundado. Y si estás pensando en probar un rosé, no dudes en empezar por éste Latitud 33º. Este Pinot Noir es fresco y frutado, excelente para tomar frío y que, desde su presentación hasta su etiqueta, muestra que está destinado al público femenino.

Este nuevo varietal es un Pinot Noir Rosé que tiene un precio sugerido de 21 pesos y completa la línea de 6 vinos de Latitud 33º (Tempranillo, Malbec, Cabernet Sauvignon, Syrah, Sauvignon Blanc y Chardonay).

Desde Chandon aseguran que el vino fue elaborado para satisfacer el gran interés de los vinos rosados a nivel internacional, pero seguramente aquí se tomará tanto como en el exterior, sobre todo durante el verano, como una opción fresca y liviana para acompañar ensaladas, cenas livianas o alguna picada con amigos.

Un día tanguero en Zuccardi

El domingo fue la Décima Degustación de Zuccardi y nuevamente la bogega demostró con por qué es la marca que más consumen los jóvenes, quienes se fueron satisfechos de este evento y, sin duda, el primer vino que compraron el lunes fue Santa Julia.

Música, propuestas artísticas relacionadas con el tango y los vinos de Zuccardi hicieron que más de 4.500 personas llegaran hasta las instalaciones de la bodega en Maipú. Había de todo: extranjeros, mendocinos, porteños, alguno que otro cordobés y mucho, pero mucho adolescente con lente oscuro y cámara digital (entre ellos yo, que nada tengo de adolescente pero si la cámara y los lentes).

Estas son algunas fotos que saqué (que valen la pena) y las que envió el departamento de prensa.

Para quienes no han ido, la Degustación de Zuccardi es algo que no pueden perderse. En los jardines de la bodega se levantan carpas donde se pueden degustar 35 variedades de vinos, 4 de aceites y hacer visitas guiadas por la bodega. Incluso hubieron charlas y degustaciones dirigidas, y quienes quisieron el restaurante estuvo abierto al mediodía.

La degustación fue una gran rave tanguera, llena de gente linda, bien mendocina (esa que cuando pueden le ponen energizante al vino blanco), pero que sin duda algo habrá aprendido luego de pasar de carpa en carpa.

La única crítica: el estacionamiento es un infierno!!! El año que viene sería interesante que alguien ordenara la ubicación de los autos.

Y ya estoy esperando la Undécima Degustación!

Último momento Zuccardi!!!

La Degustación se pasó al Domingo 16, por lo que los problemas de agenda quedaron atrás!!
Para los incrédulos, aquí está el mailing:

Problemas de agenda para el sábado 15

¿Cómo puede ser que organicen la Carrera del vino el mismo día que la Degustación de Zuccardi?

Quiero pensar que quienes eligieron la fecha para realizar la carrera que se desarrollará en Viña Santa María, en San Martín, no sabían que ese mismo día se realizaba el evento más convocante del mundo del vino.

Lo cierto es que el 15 de noviembre se superpone la agenda de actividades vitivinícola.

Hay dos actividades para elegir: Degustar todos los vinos de Familia Zuccardi o correr 10 kilómetros entre los viñedos de Santa María.

¿Qué vas a elegir?

Pero pensándolo bien… no creo que a quienes he visto en la Degustación Anual puedan llegar a querer correr 10 kilómetros entre viñedos (sin importar cuánto vino hayan tomado).

Una invitación a la nada misma

Hace ya unos meses recibí a través del blog la invitación de la gente de turismo de una bodega del Valle de Uco para ir a conocerla. La iniciativa que tuvieron me halagó y me pareció excelente, por lo que organicé con el grupo de degustación para hacer el viaje.
Al ponerme en contacto con la responsable, también le pareció una buena idea pero surgió el primer problema: ellos sólo trabajan de lunes a viernes y en horario de oficina. Los sábados y domingos no trabajan.
A duras penas, pude juntar a algunos extraños seres que podían ir un viernes en la siesta.
La idea era ir a conocer, aprender sobre la bodega y hacer una nota para el diario.
Pero los peros no dejaron de aparecer. El miércoles antes de ir envío un mail pidiendo la confirmación y no me contestaron. El jueves recibo un llamado de la chica de la bodega diciendo que no podían recibirnos porque “tenían muchos extranjeros”. Es decir, ellos son más importantes que ustedes.

Aclaro antes que nada que no soy una persona muy tolerante. Y realmente luego del esfuerzo que hicieron mis amigos para organizar en sus trabajos y en sus vidas, el llamado no me cayó muy en gracia. Pero me tragué la puteada y acordamos para la semana siguiente a la misma hora.
Esta vez envié el mail un martes. El miércoles me contestan: no podemos recibirlos este viernes, pero sí el jueves a las 9.30 de la mañana, un horario super conveniente para la gente que trabaja. Entonces decidí no insistir y les envié un mail rechazando la invitación.
Cientos y miles de preguntas me surgieron y siguen molestándome en la cabeza, la primera, la más obvia para mí es ¿Para qué me invitaron???
Pero (más peros), ¿cómo reciben a la gente que reserva particularmente? ¿Qué trato reciben si van sin reserva? ¿Esta es la imagen que quieren dar? ¿Así se trabaja para incentivar el turismo? ¿Cómo puede ser que no trabajen los fines de semana? ¿Les interesa realmente que se les haga notas que los promocionen?
Y… ¿para qué me invitaron???